En SANIBÚ queremos que tengas la mejor experiencia de compra, por ello además de lo requerido por la ley de comercio online, te damos algunas ventajas más.
Lo primero que debes saber es que devolver un producto nuestro es muy fácil, tan sólo hace falta llevarlo a una oficina de Correos.
Ofrecemos un plazo de devolución ampliado de 30 días naturales.
Debes realizar la devolución a través del mismo proveedor logístico usado en el envío de los productos y los gastos de envío de la devolución serán cubiertos por el cliente, salvo indicación expresa por parte de SANIBÚ. Ponte en contacto con nosotros si tienes cualquier problema o duda con tu compra, ¡Estaremos encantados de ayudarte! Y si podemos, te intentaremos ofrecer gastos de devolución gratuitos :-)
Los productos personalizados no podrán ser devueltos o cambiados bajo ningún concepto, ya que no pueden volver a ser puestos a la venta.
La solicitud de desistimiento deberá remitirse por correo electrónico a la dirección clientes@sanibu.com indicando de forma inequívoca su decisión de desistir. El cliente debe devolver los productos antes de 14 días naturales desde el día siguiente en que comunica su decisión.
En caso de desistimiento se le devolverán todos los pagos que haya realizado en un plazo aproximado de 14 días a partir de la fecha en la que los productos hayan sido recibidos y revisados por SANIBÚ. Ten en cuenta que a pesar de que la mayoría de devoluciones llegan en pocos días, algunos sistemas de procesamiento de pagos pueden tardar hasta 10 días hábiles en reflejar la devolución en su banco. Quedan excluidos los gastos adicionales resultantes de la elección por su parte de una modalidad de entrega diferente a la modalidad menos costosa de entrega ordinaria. La empresa procederá a efectuar dicho reembolso utilizando el mismo medio de pago empleado por el consumidor.
En caso de que el cliente sea responsable de “una disminución del valor de los bienes devueltos por una manipulación distinta a la necesaria”, el vendedor podrá reclamar una compensación. Es el caso de bienes que, por un necesario arreglo o limpieza, no puedan revenderse como nuevos, sino como de segunda mano.